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Electrolifting

 

 

ELECTROLIFTING

 

El electrolifting facial puede ser realizado mediante distintos tipos de corrientes eléctricas, actuando éstas sobre los planos muscular o cutáneo según sus características. En la siguiente tabla se expone con claridad el nivel de acción de las corrientes empleadas en el electrolifting facial:

 

 TIPO DE CORRIENTE

EFECTO EXCITOMOTRIZ

NIVEL DE ACCIÓN

Corriente de radiofrecuencia

No

Piel

Corrientes de baja frecuencia

Si

Tejido muscular

Microcorrientes

No

Piel - Tejido muscular

Corriente rusa

Si

Tejido muscular

 Empleo de microcorrientes

 

En esta técnica se utilizan microcorrientes variables de baja frecuencia por medio de impulsos de duración e intensidad muy bajos, persiguiéndose como objetivo la obtención de una estimulación tanto muscular como trófica cutánea, al actuar la corriente sobre los estratos dermo-epidérmicos. Si bien las microcorrientes no provocan contracciones musculares, el favorecimiento del electrotono acontecido durante su empleo resulta evidente.
 

Los objetivos buscados mediante el empleo de microcorrientes son los siguientes:

  • Disminución de los niveles de descamación cutánea.
  • Estimulación de los procesos de mitosis celular.
  • Elevación del electrotono.
  • Recuperación de las condiciones elásticas de la piel a través de la estimulación de la actividad fibroblástica.
  • Incremento del grado de hidratación y permeabilidad a nivel cutáneo.

 

Generalmente los tratamientos mediante microcorrientes se realizan en varias fases, utilizándose de forma sucesiva diferentes tipos de ondas cuyos parámetros de intensidad y tiempo pueden estar preestablecidos a modo de programas progresivos o bien ser seleccionados por el profesional según su criterio.

  

Empleo de corriente de radiofrecuencia

 

Esta modalidad terapéutica basa su efecto en la acción de una corriente de radiofrecuencia de aproximadamente 1 MHz. Si bien aún se desconoce con exactitud el verdadero alcance terapéutico de dicha corriente, se estima que es capaz de estimular un fenómeno de normalización del potencial eléctrico de la membrana celular, manifestado principalmente a nivel de la actividad fibroblástica dérmica, favoreciéndose a partir de este mecanismo la optimización metabólica de

la zona tratada e incrementándose como consecuencia de ello la síntesis celular de colágeno y elastina. Además del citado efecto bioeléctrico, durante la realización de la terapia se manifiesta un importante efecto térmico (fácilmente comprobable), a partir del cual se desencadena un proceso vasodilatador que favorece la oxigenación, el aporte de nutrientes y la eliminación de catabolitos en la zona tratada.

 

Empleo de corriente rusa

 

Esta alternativa terapéutica consiste en la tonificación de los músculos faciales mediante el empleo de corriente rusa, con el fin de prevenir o tratar la flaccidez muscular, la que en ocasiones se asocia a flaccidez cutánea provocando la ptosis generalizada del tejido, con efectos antiestéticos muy marcados. Esta corriente posee un poder de acción muy intenso, razón por la cual los resultados que se obtienen a través de su empleo resultan muy acentuados desde las primeras sesiones.

La corriente rusa consiste en una modulación de dos corrientes diferentes que actúan de forma simultánea: una señal de media frecuencia (2.500 Hz), llamada “portadora”, modulada con otra de baja frecuencia, originalmente de 50 Hz, denominada “moduladora”. Los equipos actuales permiten al profesional la posibilidad de variar la frecuencia de la corriente moduladora en un rango de valores comprendido entre 10 y 100 Hz, manteniéndose fija la frecuencia de la corriente portadora.

La técnica de aplicación de la corriente rusa consiste en localizar los diferentes puntos motores.

 

Empleo de corrientes de baja frecuencia en general

 

Al igual que lo sucedido con la corriente rusa, la tonificación de los músculos faciales mediante corrientes de baja frecuencia en general se efectúa con el fin de prevenir o tratar la flaccidez muscular. Las señales eléctricas más utilizadas en la electroterapia facial con baja frecuencia son los monopulsos y trenes de pulsos, y los tipos de electrodos a través de los que se realiza el tratamiento son numerosos: de hecho, la mayoría de las empresas presenta gran variedad de estos accesorios (barras metálicas, electrodos “lápices”, accesorios bipolares de distancia fija, etc.).

En líneas generales, la técnica de aplicación es idéntica a la utilizada con la corriente rusa; la diferencia radica principalmente en los resultados obtenidos, siendo más alentadores los otorgados por aquella, razón por la cual esta opción está entrando en desuso.

  

Dinámica de las sesiones

 

El tiempo de una sesión de electrolifting facial oscila entre 15 y 20 minutos, dependiendo del grado de involución de cada paciente en particular. En el caso de la corriente de radiofrecuencia, la duración de la sesión se eleva a un tiempo aproximado de 30 minutos. La frecuencia mínima recomendada es de 2-3 veces a la semana y, si bien es común la obtención de buenos resultados desde la primera sesión, la cantidad de sesiones necesarias para ello no debe ser inferior a 8-10.

 
                                     

 

 Contraindicaciones para la realización de Electrolifting facial

 

Contraindicaciones generales

 

  • Alergia al fármaco o producto cosmético empleado (en caso de utilizarse corrientes monofásicas polarizadas).
  • Procesos infecciosos generales.
  • • Pacientes portadores de marcapasos.
  • • Síndromes febriles de origen desconocido
  • Contraindicaciones locales:
  • procesos micóticos
  • infecciones activas
  •  acne activo
  • Párpado superior
  • Piezas dentarias metálicas.
  •  Procesos neoplásicos subyacentes.
  •  Heridas abiertas.
  •  Injertos cutáneos recientes.
  • Anestesia-hipoestesia local (corrientes polarizadas).
  •  Región del seno carotídeo